Desde hace mucho la pregunta de "¿Por qué quieres ser arquitecta?" era recurrente, siempre estuve cociente de que mi vocación era ayudar a otros, amaba dibujar, amaba poder crear y eso me hacia feliz.

Para los demás era raro que una niña prefiera construir la casa para sus muñecas que comprarla lista, era más divertido poder imaginar los espacios que se creaban en mi mente y poder plasmarlos, a mis 11 años construí una casa para mis gatos con materiales al alcance de mi mano donde habían pasadizos y juguetes dentro, por supuesto que no duró, esos gatos estaban locos. 

Siempre que conocía un nuevo lugar sentía una nueva personalidad, pensaba en que quiso transmitir el arquitecto, que sintió y en que se inspiró.

Caminar por las calles es una distracción total para mi, veo cada casa y sus detalles, pienso que para la persona que lo ocupa no es solo una "construcción bonita" es su hogar, ellos se sienten identificados, es parte de ellos. Como arquitecta yo quiero transmitir eso a las personas, seguridad, poder plasmar todo lo que tienen en mente y realizar un proyecto con el cual se sientan dichosos. 

Tengo el propósito de crear un mundo mejor para las futuras generaciones, un mundo donde no tengas que preocuparte si en cierto lugar existen rampas, simplemente ir porque sabes que las hay, un mundo donde podamos caminar por la vereda sin necesidad de salir a la pista, un mundo ordenado para todos.

La arquitectura esta cambiando constantemente, pero esta cambiando para mejorar y yo quiero ser parte de ese cambio.

Así que si me preguntan "¿Por qué quiero ser arquitecta? responderé: Porque quiero un mundo mejor.